sábado, 2 de octubre de 2010

El deseo

Tengo un deseo.

Tiene varias caras.

Mis deseos son poliédricos, como yo.

Por un lado está el de la consecución, que sólo implica el comienzo de un camino.

Por otro, el de la realidad, que significa no perder el tiempo en él.

Más allá, el del disfrute de pensar en él y que continúe. Éste supone ilusión y a la vez esfuerzo por mantenerlo.

En muchos momentos el de la ensoñación, que te da fuerza y energía sólo de pensarlo.

Y, no por último porque todavía no ha mostrado más facetas, el de la razón. Éste es el incompatible con la irracionalidad sentimental del mismo.

Ese es el que hace que cambie constantemente de cara y haga de él una aventura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario