Estaba muerto. Yo estaba muerto. Era un muerto en vida.
Sé qué me mató. Sé qué me mantuvo entre el infierno y el limbo.
Pero no viene al caso.
Estaba muerto. Pero hoy hay un hálito de vida en mi interior que procede de una magia extraña.
Una magia sorprendente. Una fuerza desconocida. Una ansiedad incontrolable que crece sola y reactiva todo mi ser.
Y da miedo.
Y da placer.
Mucho placer.
Engancha. No quiero que me lo quiten. No quiero volver a la oscuridad.
Pero no se regresa del infierno sin cicatrices. Y sin contrapartida.
Esto es magia de nigromante, porque ha dado vida a un muerto viviente como yo. ¿O ha sido un ángel?
¿Y qué querrá de mí? Esa es la gran pregunta.
Algo está ocurriendo (something happens).
Algo sobrenatural.
Orquidea de otoño.
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Contraria al espejismo de la felicidad
emitió un suspiro amordazado
y pugnó por saberse viva.
Desplegó temerosa los pétalos
y mientras el cielo se quebraba ...
Hace 13 años
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