Mostrando entradas con la etiqueta Cosas de otros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cosas de otros. Mostrar todas las entradas

martes, 12 de octubre de 2010

Al corazón de tus complejos

Clava un puñal al corazón de tus
complejos,
mata ese demonio,
libérate.

Desclava las garras venenosas del dragón del miedo de
tu piel y salta.
Desnúdate ante la vida.
Huye de gente que juró que no podrías.

Clava una estaca a la ansiedad,
aprende a vivir solo,
a no postergar los días por las dudas,
no temas que te amen.

Toma la llave de la puerta,
sé completo,
no te rompas por la culpa,
rasga las vestiduras que limitan tu piel.
Sal de ahí.
Mézclate con todo.


De José Ignacio Hurtado García. El Yugo de los mansos

Es mi primo, el poeta. Qué bueno es el jodío.

http://elblogdejoseignaciohurtado.blogspot.com

domingo, 3 de octubre de 2010

Renunciar a lo adecuado

En cualquier actividad, es preciso saber lo que se debe esperar, los medios de alcanzar el objetivo, y la capacidad que tenemos para la tarea propuesta.

"Sólo puede decir que renunció a los frutos aquel que, estando así equipado, no siente ningún deseo por los resultados de la conquista y permanece absorbido en el combate".

"Se puede renunciar al fruto, pero esta renuncia no significa indiferencia ante el resultado".

El guerrero de la luz escucha con respeto a la estrategia de Ghandi. Y no se deja confundir por personas que, incapaces de llegar a ningún resultado, viven predicando la renuncia.


De Paulo Coelho. Manual del guerrero de la luz

domingo, 12 de septiembre de 2010

Ciencia

Los recuerdos se construyen a base de olvido. Olvidar todas las manos para recordar las tuyas, todos los ojos para recordar mi reflejo en los tuyos, todas las palabras para sobrevivir sólo con las tuyas. Los recuerdos se construyen a base de olvido. No es lírica, se aprende con el estudio de la memoria. Algún día estudiaré cardiología. Por si se ven las cicatrices.

Hermosa composición de Eria.

Lee su blog y disfrutarás de cómo se bordan las palabras con inteligencia y delicadeza: ¿Qué más quieres de mi?