jueves, 30 de septiembre de 2010

Estroboscópico

Destelleo.

No me digas cómo, pero estoy a destellos.

Como una luz estroboscópica.

Con la intensidad suficiente para no apagarme en una temporada.

Con la potencia suficiente para que me vean desde lejos.

Y eso que parecía que llevaban más de dos años mis baterías agotadas...

martes, 28 de septiembre de 2010

Cuando tecleas letras como si fuera música

Fuiste un juntaletras, un escritor de noticias.

Fuiste el perfecto rellenador de columnas.

Y cuando lo dejaste, odiabas escribir.

Pero tras varios años de quejas y cobardías, en el momento en que cogiste tu vida, por azares del destino, se encendió una luz en tu pecho que se extendió por todo el cuerpo. Esa llama aprovechó el combustible que habías acumulado y lo fue quemando lentamente. Cuando te diste cuenta que era de forma distinta a las llamaradas que consumían toda la energía en estallidos incontrolables.

Cuando las cosas se calmaron.

Cuando saliste del desastre.

Cuando volviste de la muerte en vida.

Resultó que tus dedos tocaban música en el teclado.

Nada más y nada menos, que un día la oíste.

Oíste música en tu teclado.

Y te diste cuenta que estabas escribiendo otras cosas que no eran noticias.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Ángel o nigromante?

Estaba muerto. Yo estaba muerto. Era un muerto en vida.

Sé qué me mató. Sé qué me mantuvo entre el infierno y el limbo.

Pero no viene al caso.

Estaba muerto. Pero hoy hay un hálito de vida en mi interior que procede de una magia extraña.

Una magia sorprendente. Una fuerza desconocida. Una ansiedad incontrolable que crece sola y reactiva todo mi ser.

Y da miedo.

Y da placer.

Mucho placer.

Engancha. No quiero que me lo quiten. No quiero volver a la oscuridad.

Pero no se regresa del infierno sin cicatrices. Y sin contrapartida.

Esto es magia de nigromante, porque ha dado vida a un muerto viviente como yo. ¿O ha sido un ángel?

¿Y qué querrá de mí? Esa es la gran pregunta.

Algo está ocurriendo (something happens).

Algo sobrenatural.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Desbordante

Ahora lo entiendo. Me desbordo.

Por eso soy como soy.

Ya lo sabía, necesito actividad, mucha actividad. Pero me escudo en la pereza para evitarme.

Y en la procrastrinación. Vaya palabro.

Necesito crear, no es más. Siempre he sido así. Necesito estar activo. Si paro, muero.

Pero eso sí, lo que no necesito es hacerlo sin control y para mostrar compulsivamente "lo bueno que soy"; y que por ello me admiren, como he hecho hasta ahora.

Soy virgo ascendente virgo. Sólo leer la configuración de ese signo asusta: Hefesto en estado puro.

Pero él manejaba el fuego del volcán como nadie para forjar las armas más precisas y moldear las joyas más preciosas.

Y su esposa era Afrodita, la diosa del amor; no lo olvidemos.

Algo tendría...

Ciencia

Los recuerdos se construyen a base de olvido. Olvidar todas las manos para recordar las tuyas, todos los ojos para recordar mi reflejo en los tuyos, todas las palabras para sobrevivir sólo con las tuyas. Los recuerdos se construyen a base de olvido. No es lírica, se aprende con el estudio de la memoria. Algún día estudiaré cardiología. Por si se ven las cicatrices.

Hermosa composición de Eria.

Lee su blog y disfrutarás de cómo se bordan las palabras con inteligencia y delicadeza: ¿Qué más quieres de mi?

sábado, 11 de septiembre de 2010

Pajarillos

Hay pájaros de todo tipo:

La alondra que no sabes dónde va.

El águila, que es certera en su decisión.

La paloma, que gorjea sin más motivo.

El ruiseñor, que trina con el amanecer.

Los que observas con prismáticos.

Los que tienes en la mano.

Y los que están heridos.

El caso es que cuando tienes uno al alcance debes saber que al cogerlo hay que tratarlo como una espada, sostenerlo con decisión pero con sutileza. Si aprietas mucho, lo más probable es que provoques heridas; pero si no lo sujetas de la forma adecuada, lo perderás.

Aunque también depende de cuál escojas, claro.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Montañas del pasado

Cuánto me cuesta no olvidar a veces mis errores, cuánto me lastran esas situaciones, cuánto tiendo a pensar que he perdido, cuánto recuerdo lo que gané y perdí y cuánta culpa me echo por ello. Eso no sirve de nada más que para entristecerme y frenarme. Sólo quiero pensar que más allá de las "Montañas de la locura" hay luz, alegría, otros mundos y otras maneras de madurar la vida. Sólo quiero avanzar. Sólo quiero la paz del poder ser yo mismo sin pensar en que voy a perder a los que quiero. Sólo quiero poder decir lo que siento. Sólo quiero disfrutar con la gente que aprecio sin que piensen negativamente de mí. Sólo quiero ser yo y que por serlo me quieran.

Pero la montaña soy yo.

Dinamita, por favor.

4, 8, 15, 16, 23 y 42

O sea: estoy perdido...

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Perfección

Vivía buscando lo perfecto. Cuanto más se empeñaba en llegar a ella, menos puras le parecían las cosas que hacía. Más insatisfacción conseguía. Más desesperación tenía.

Soñaba con la admiración de los demás. Pero no se daba cuenta de que sólo conseguía el desprecio. Y cada vez iba haciendo menos y pedía más reconocimiento por lo que había hecho hace años, ya que era incapaz de alcanzar la excelencia. Nada estaba bien hecho. Hasta que se abandonó porque no encontraba nada que le hiciera sentirse satisfecho ni le llenara ni siquiera un poquito.

Y seguía pensando en que la gente tenía que respetarle.

Y continuaba queriendo recibir admiración.

Y encima se quejaba de no recibir las loas a las que creía tener derecho.

Lo había logrado: había conseguido ser un perfecto gilipollas.